Proyectos agile: qué son y cómo ponerlos en marcha

Hace ya tiempo que los proyectos agile se han convertido en una auténtica revolución en la puesta en marcha de negocios exitosos. Sin ir más lejos, el informe Annual State of Agile Culture Report 2022 halló que poner en práctica una cultura que favorezca los proyectos agile puede resultar en una mejora de los rendimientos comerciales de hasta el 237%.

De hecho, este enfoque de los procesos ha protagonizado numerosos estudios para determinar cuál era exactamente su impacto en las organizaciones. No obstante, la puesta en marcha de proyectos agile con éxito debe pasar necesariamente por comprender muy bien la naturaleza de este enfoque y, además, aplicarlo de acuerdo con las necesidades de cada proyecto. 

A continuación, te contamos todo lo que necesitas saber para adentrarte en el mundo de los proyectos agile.

¿Qué son los proyectos agile y cuáles son sus características?

Los proyectos agile suponen un enfoque para la gestión de proyectos que se basa en principios iterativos e incrementales, con el objetivo de fomentar la colaboración, la flexibilidad y la entrega continua de valor para el cliente.

Una de las características principales de los proyectos agile es el uso de sprints o iteraciones cortas, es decir, de construir un proyecto con pequeños avances, dividiéndolo en varias etapas e involucrando al cliente de forma frecuente y en momentos de desarrollo tempranos, facilitando la flexibilidad y adaptación a los cambios.

Además, los proyectos agile también se caracterizan por poner el foco en la colaboración y la comunicación efectiva en los equipos humanos, fomentando la autogestión y la motivación del equipo.

¿Cuál es la diferencia entre los proyectos agile, la metodología scrum y la metodología waterfall?

La principal diferencia es que los proyectos agile suponen un enfoque general de gestión, mientras que Scrum se refiere a un marco de trabajo específico dentro del enfoque Agile.

Además, el marco Scrum se centra específicamente en el desarrollo de software y propone una serie de roles y tareas particulares que deben ponerse en marcha en su aplicación. Así, dentro de este enfoque, es común oír hablar de las “fases scrum”: la planificación del sprint, su desarrollo, revisión, retrospectiva y backlog. 

El marco de trabajo Scrum es uno de los más utilizados en la implementación de proyectos Agile, pero no es la única opción disponible. Por ejemplo, también se puede usar Extreme Programming (XP) o Kanban.

Por otro lado, es también importante conocer la diferencia entre los proyectos agile y la metodología waterfall, la cual puede comprenderse como lo contrario a los proyectos agile. 

En la metodología waterfall, las fases del proyecto se planifican de forma secuencial y se realizan una vez que la fase anterior se ha completado y aprobado. Además, los requisitos del proyecto se establecen y documentan por completo antes de dar comienzo al proyecto. Se trata así de un enfoque más rígido en comparación con la metodología Agile y el marco Scrum.

Claves para poner en marcha proyectos agile

A continuación, te presentamos una serie de claves para poner en marcha proyectos agile con éxito:

Trabaja con base en datos

Una de las claves para el éxito de los proyectos agile es garantizar que el proyecto y las iteraciones se están poniendo en marcha de acuerdo con datos objetivos. En este sentido, es clave contar con canales de uso intuitivo para que todos los miembros del equipo puedan acceder y compartir información.

Fomenta la autoorganización

Es importante constituir equipos con altos niveles de motivación para cumplir con los objetivos y que, además, sean capaces de autogestionarse. Una de las claves aquí es crear equipos multidisciplinares capaces y construir un entorno en el que se construya la llamada “agilidad emocional”.

Facilita la comunicación de los equipos

También es crucial crear un entorno que facilite la comunicación y el intercambio de feedback. 

En este punto, los proyectos ágiles emplean un software para la optimización de comunicaciones, como Slack. Se trata de crear una oficina o sede virtual que multiplique las posibilidades de los equipos para avanzar en la consecución de los objetivos.

En este sentido, Slack conecta a las personas con la información que necesitan, ya sea a través de la posibilidad de comunicarse en tiempo real, de trabajar de forma asincrónica o de generar canales para conectar departamentos y equipos, etc. Los miembros del equipo pueden enviar mensajes directos o públicos, compartir archivos, realizar videollamadas y mantener conversaciones en grupo, lo que facilita su coordinación y que puedan compartir información de manera eficiente. Además, Slack permite integraciones con otras herramientas de gestión de proyectos Agile, como Jira, Trello y Asana.

Con Slack, el trabajo es colaborativo, efectivo y flexible.