Según datos de Statista, las compañías tecnológicas invirtieron más de 300000 millones de euros en investigación y desarrollo a lo largo de 2022. Y es que la innovación empresarial es completamente imprescindible en las grandes corporaciones, lo que no exime a las pymes de hacer lo propio en la escala en la que se lo puedan permitir.
Porque, en un mercado cada vez más globalizado, ¿qué organización puede sobrevivir dando la espalda a los avances tecnológicos? Por eso es imprescindible entender en qué consiste la innovación empresarial, cómo desarrollarla y qué tipos de evolución son más apropiados en cada caso , además de valorar sus beneficios, tal y como contamos en las próximas líneas.
¿En qué consiste la innovación empresarial?
La definición de innovación empresarial no encierra mucho misterio; efectivamente, se trata de la implantación de novedades y mejoras en un negocio, si bien el proceso para llevarlo a cabo es algo más complejo. Por lo pronto, debemos distinguir entre innovación interna, cuando el foco está puesto en los procesos propios de la organización, e innovación externa, cuando la optimización gira en torno a los productos o servicios que la empresa traslada al mercado.
Cómo desarrollar la innovación empresarial
Poner en marcha procesos de innovación empresarial en un negocio requiere de intencionalidad, planificación, coherencia y organización por parte de las empresas. No es algo que surja de manera espontánea o inconsciente -esto son meras casualidades muy infrecuentes-, sino que parte de toda una gestión regida por el propósito de investigar, innovar y crecer por parte de la organización.
Establece objetivos de innovación
Es imprescindible fijar unos objetivos a los que un negocio espera llegar a través de la innovación. Es decir, antes de dar ciertos pasos es imprescindible que te preguntes qué rumbo va a tomar la empresa y qué aspectos son los que deben mejorarse aplicando la innovación empresarial, de lo contrario cualquier inversión de tiempo, energía o recursos carece totalmente de sentido.
Planifica la hoja de ruta a seguir
Una vez que tengas clara la finalidad del proceso de innovación, es recomendable trazar una hoja de ruta, paso por paso, de cómo se va a ir desarrollando todo el proceso y, sobre todo, cumplir con dicha planificación -salvo que al aplicarla encuentres la necesidad de modificarla, que también puede suceder-. De este modo es mucho más sencillo llevar a cabo cualquier tipo de cambio.
Escoge a las personas que se encargarán de generar ideas
Una empresa puede estar compuesta por más o menos individuos, pero es habitual que los perfiles sean diferentes y complementarios. En este sentido, es conveniente escoger al personal adecuado para la generación y la aportación de nuevas ideas, puesto que la innovación empresarial se basa en la creatividad y, en muchos casos, en el pensamiento divergente.
Habilita a los empleados para la innovación
Eso sí, independientemente de quiénes sean los empleados escogidos para desarrollar los procesos de innovación, es de vital importancia su capacitación. Por mucha creatividad que haya detrás de las mejoras a implantar, la formación específica y la obtención de distintas habilidades duras y blandas también es clave a la hora de alcanzar el éxito a estos efectos.
Genera un ambiente creativo
Uno de los aspectos que más incidencia tienen en la creatividad de los empleados y, sobre todo, en su voluntad de ponerla a disposición de la empresa, reside en el entorno profesional. Propiciar un ambiente laboral sano, donde se premie el pensamiento crítico y se fomente la aportación de ideas, siempre será un buen impulso para la innovación.
Fomenta y propicia las nuevas propuestas
Es importante destacar cuando un empleado tenga el valor -en algunos casos muy necesario- para hacer una propuesta innovadora, proyectar una posible mejora o aportar una nueva perspectiva a la hora de analizar cualquier proceso. Y es que este tipo de movimientos son los que, al fin y al cabo, contagian un interés creativo al grupo y, por consiguiente, un aporte positivo a la empresa.
Mantén una actitud abierta y de escucha
Una de las claves de la innovación empresarial -y de cualquier otro tipo- es mantener los ojos, las orejas y la mente bien abiertos. En cualquier lugar puede aparecer una nueva idea, todas las personas involucradas en un negocio pueden ofrecer un punto de vista diferencial y brillante y, en definitiva, tener una actitud cerrada y no nos permitiría aprovechar la totalidad de las oportunidades que puedan surgir.
Organiza y valora las ideas recibidas
No obstante, tampoco es recomendable implementar en primera instancia cualquier idea que se presente, por óptima que pueda parecer a priori. Tan perjudicial sería esto como rechazarlas desde el principio: corresponde organizar las aportaciones y valorar detenidamente su conveniencia y pertinencia según los objetivos actuales de la organización.
Aplica las opciones más interesantes
Una vez mecanizamos una actitud abierta y establecemos los filtros necesarios para analizar las ideas, es momento de comenzar a implementar las mejoras que verdaderamente tengan sentido en el desarrollo y el crecimiento del negocio. Eso sí, antes de dar el paso también cabe analizar los recursos necesarios y comprobar si la empresa dispone de ellos.
Monitorea la implementación para comprobar su idoneidad
Finalmente, desde la innovación empresarial no podemos darle la espalda a los procesos de mejora continua. Una de las claves principales del crecimiento constante de una empresa reside en el seguimiento y evaluación de todos y cada uno de los procesos, más todavía cuando se trata de novedades o inversiones. Así pues, la monitorización es el paso final en este recorrido hacia la innovación.
Tipologías de innovación empresarial según su objetivo
Como decíamos, uno de los factores imprescindibles en los procesos de innovación empresarial se encuentra en la definición de objetivos. Pues bien, en función de estos propósitos podemos clasificar diferentes tipologías de innovación aplicable a los negocios. Si te planteas apostar por este proceso, es muy probable que te interese conocer todas estas variantes para clarificar cuál es la más adecuada en tu organización.
Procesos
La innovación de procesos implica una transformación en la cadena productiva de la empresa, independientemente de si ésta se dedica a la generación de productos o de servicios. Por lo general, estas mejoras pueden afectar a las tecnologías que componen un proceso, a cuestiones logísticas o a las operativas que se llevan a cabo en su desarrollo, lo que incluye al personal que forma parte de dichos procesos.
Vías de comercialización
La globalización ha traído como consecuencia un incremento masivo de los mercados y las oportunidades, por lo que la innovación empresarial también contempla la posibilidad de investigar nuevos escenarios para la venta de productos o servicios. En este sentido, la investigación de mercados se postula como uno de los impulsores de la innovación empresarial.
Productos y servicios
Más allá del sector en el que opere una organización, siempre existe la posibilidad de mejorar el producto o servicio que se comercializa. De hecho, ésta es una de las variantes de la innovación en la que más recursos y tiempo se invierte, ya que se entiende que ofrecer elementos nuevos o disruptivos en el mercado puede ser sinónimo de éxito, aunque realmente no siempre es así.
Colaboraciones
Otra forma de innovar son las sinergias, que cuando parten de movimientos estratégicos y uniones con sentido pueden resultar muy fructíferas para todas las partes. A priori, la colaboración entre distintas empresas -del mismo sector o de ámbitos diferentes- puede generar dudas, pero lo cierto es que cuando existe la posibilidad de obtener aportaciones mutuas las probabilidades de éxito se multiplican.
Modelos de negocio
Probablemente éste sea uno de los procesos más complejos en la innovación empresarial, ya que siempre parte de la incertidumbre. Como es lógico, la investigación previa y la estrategia son esenciales, pero virar el modelo de negocio de una organización no es fácil ni asegura ningún beneficio. ¿Hasta qué punto merece la pena correr el riesgo? Dependerá de la inversión y del trabajo analítico previo.
Organización
La aplicación de cambios internos en un negocio también es un modo de innovación, si bien es menos frecuente porque los cambios están relacionados principalmente con quienes toman la decisión de implantarlos. No obstante, en ocasiones puede ser positivo modificar el organigrama de una empresa para ofrecer distintas perspectivas en cada área.
Comunicación
El marketing y la comunicación son de vital importancia en cualquier organización, tanto a nivel externo -de cara a los clientes, los proveedores y el entorno-, como a nivel interno, con respecto a los empleados y a la dirección. En este sentido, innovar significa emplear nuevos canales, modificar el tono de marca o extender los mensajes , de modo que podamos llegar a un público diferente y más amplio.
Creatividad
Por último, la creatividad no sólo es uno de los motores de la innovación, sino un campo en el que también se puede aplicar este proceso. Para lograrlo, es importante invertir en recursos que potencien esta característica entre los empleados de la organización, tanto a nivel formativo como en el tecnológico, gracias al cual pueden surgir nuevas alternativas en la resolución de problemas, por ejemplo.
Beneficios de aplicar la innovación empresarial en tu negocio
Finalmente, para justificar el porqué de seguir todos estos pasos y escoger los objetivos de innovación empresarial adecuados, conviene explicar cuáles son exactamente las ventajas de hacerlo. Y es que, pese a que en muchos casos el valor de este proceso resulta evidente, nunca está de más recordar unos beneficios que en ciertas ocasiones podrían pasar desapercibidos:
- Por lo general, las mejoras que implementa un negocio repercuten en la satisfacción de sus clientes, por lo que aumenta su retención.
- Al mismo tiempo, la imagen de marca se optimiza ante todos los stakeholders de la empresa, incluyendo los empleados que forman parte de esa innovación.
- La innovación tiene consecuencias directas en la eficiencia de los procesos, pero también en la productividad de los empleados debido a un incremento de su motivación , sobre todo cuando se sienten parte del proceso.
- Mantener una actitud innovadora como empresa es, al mismo tiempo, una baza frente a los posibles cambios y evoluciones que pueda plantear el mercado, ya que la capacidad de adaptación del negocio aumenta considerablemente.
- Actualmente, apostar por la innovación suele conllevar, casi con total seguridad, la inversión en tecnología, lo que indudablemente va a mejorar los procesos internos de la empresa.
- Si recordamos la necesidad de propiciar un buen ambiente en el entorno profesional, al mismo tiempo que se fomenta la creatividad mediante distintas estrategias, es muy probable que la retención del talento aumente debido a la satisfacción de los empleados.
La tecnología como centro y base de la innovación empresarial
Una de las principales conclusiones que se pueden extraer de este artículo es que la innovación empresarial se ha convertido en una suerte de obligación para cualquier negocio. Ofrecer resistencia ante este proceso únicamente puede suponer la ralentización de una acción inevitable y, en consecuencia, una obstaculización al crecimiento e, incluso, la supervivencia de la organización.
Al contrario de lo que solemos creer, la innovación empresarial no siempre exige inversiones astronómicas, se trata más bien de estrategia y capacidad de decisión . Por ejemplo, la implementación de herramientas como Slack es un ejemplo de recurso accesible a través del cual es posible reunir diversas aplicaciones de gran utilidad, mejorando así la eficiencia de muchos de los procesos en cualquier negocio.